Un futuro brillante para las tecnologías de realidad aumentada

  • Infraestructura

Las tecnologías de realidad aumentada están evolucionando mucho, proporcionando herramientas innovadoras para muchas aplicaciones comerciales, industriales y para el gran consumo. Los fabricantes están mejorando sus dispositivos de visualización y buscando sinergias con otras industrias, y los expertos pronostican que a partir de este año el mercado de realidad aumentada comenzará una etapa de rápida expansión que se extenderá durante, al menos, cuatro años más.

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El concepto de realidad aumentada surgió hace décadas de la mano de los autores de ciencia ficción, que veían enormes posibilidades en gafas y cristales capaces de proporcionar información al espectador de lo que se puede ver a través de ellos. Pero la materialización de esta idea ha requerido grandes avances en diversos campos tecnológicos, desde las pantallas a la computación, el software, la energía, los sistemas de posicionamiento global, las telecomunicaciones y los servicios digitales en la nube.

Todo ello ha ido confluyendo hasta dar lugar a los primeros prototipos de gafas de realidad aumentada, y también aplicaciones móviles que aprovechaban la cámara, las comunicaciones, el GPS y los sensores integrados para mostrar a los usuarios información de lo que se capta desde la cámara. Las primeras tecnologías de AR no lograron captar del todo la atención de la industria tecnológica ni de los usuarios, salvo algunos ejemplos concretos en el ámbito de los juegos, pero el ecosistema de soluciones de realidad aumentada ha evolucionado mucho en los últimos años.

Ahora, grandes empresas tecnológicas tienen productos de hardware y software de realidad aumentada y el desarrollo de los dispositivos de visualización se está acelerando. Lo mismo puede decirse de las herramientas de software que aprovechan la realidad aumentada para ofrecer capacidades innovadoras, por ejemplo, en la formación, la sanidad y diversos campos de trabajo en el sector industrial.

Esto está generando un ecosistema tecnológico incipiente y un mercado propio que en los próximos años va a crecer considerablemente. Según las investigaciones realizadas por la consultora IDC, para finales de 2022 los envíos mundiales de gafas de realidad aumentada descenderán un 8,7% interanual, quedando en casi 260.000 unidades. Pero el descenso que se está produciendo este año tiene más que ver con la inestabilidad económica, que está llevando a los principales proveedores de tecnologías AR a posponer el lanzamiento de nuevos dispositivos al mercado y a que los consumidores ven satisfecha su necesidad de usar realidad aumentada a corto plazo con las capacidades integradas en los smartphones.

Según los analistas de IDC, los principales proveedores del mercado de gafas de realidad aumentada en el primer trimestre de 2022 han sido Microsoft, Rokid, Shadow Creator, Mad Gaze y RealWear, pero esperan que el panorama cambie radicalmente a partir del año que viene, ya que grandes marcas como Meta o Apple están mostrando un creciente interés en la realidad aumentada y se espera que dentro de pocos años lanzarán productos que podrían revolucionar el mercado. Así, IDC pronostica que el mercado de dispositivos de visualización AR crecerá a una CAGR del 70,3% hasta 2026, cuando los ingresos podrían alcanzar los 4,1 millones de unidades.

En palabras de Jitesh Ubrani, gerente de investigación de los Rastreadores de Dispositivos de Consumo y Movilidad, en IDC, “todavía estamos a años de la adopción masiva de gafas AR por parte de los consumidores, y el plazo más temprano para tales productos sería a fines de 2024 o principios de 2025, ya que compañías como Apple, Meta y otras usan lo que han aprendido de las gafas de realidad virtual para lanzar un diseño más optimizado y amigable de gafas AR para el consumidor”.

Aunque esperan momentos de repunte en el mercado AR para el consumidor, consideran que muchos de los lanzamientos que se realizarán en los próximos años serán de dispositivos con un formato más pesado de gafas o headsets, en vez de gafas ligeras, que es lo que demandan los usuarios, y esto podría acabar en fracaso para los fabricantes. En el caso de la realidad virtual sí está más justificado que el dispositivo sea voluminoso, ya que pretende proporcionar una experiencia inmersiva con imagen, sonido y háptica.

Pero en la realidad aumentada se busca una tecnología ligera que superponga información sobre la imagen, manteniendo un razonable nivel de comodidad para el usuario, que necesitará desplazarse con el dispositivo. Y también hay que considerar el elevado coste de los dispositivos actuales, que limita su adopción entre los consumidores, dejando por ahora poco margen en este segmento.

Tom Mainelli, vicepresidente del grupo de Investigación de Dispositivos y Consumidores en IDC, comenta que “la mayoría de los envíos de gafas AR logrados hasta la fecha se han realizado en el lado comercial, donde las empresas están dispuestas y son capaces de realizar las inversiones necesarias no solo en el hardware, sino también en el software y los servicios necesarios que pueden generar un claro retorno de la inversión”.

Esta tendencia continuará en los próximos cuatro años, ya que las empresas serán los principales compradores de dispositivos de realidad aumentada, mientras que los consumidores seguirán optando por las tecnologías AR integradas en sus teléfonos móviles, al menos hasta que lleguen al mercado tecnologías más ligeras y asequibles.