La Unión Europea creará su propia red de comunicaciones satelitales seguras

  • Infraestructura

Recientemente, la Unión Europea ha aprobado el Programa de Conectividad Segura de la Unión 2023-2027, cuyo objetivo es crear la red de comunicaciones satelitales segura IRISS, que garantizará la resiliencia de las redes europeas y contrarrestará el avance de otras potencias como Rusia o China. Combinando financiación pública y privada esta iniciativa pretende iniciar el desarrollo y despliegue de los primeros satélites de órbita baja en 2023, con el objetivo de ofrecer servicios de comunicaciones cifradas con criptografía cuántica para 2028.

  Recomendados....

» Desarrollo de Apps móviles con low-code en el sector industria y servicios de campo. 30 noviembre  Webinar
» Plataformas de comunicaciones empresariales bajo suscripción Guía
» Administración Digital: progreso y vanguardia. 29 y 30 noviembre Foro

Las redes de telecomunicaciones satelitales de órbita baja se han convertido en una infraestructura estratégica de cara al futuro, y la Unión Europea no quiere contar con su propia infraestructura para no depender de proveedores externos. El avance de Rusia y China en este campo preocupa a las autoridades comunitarias, que perciben riesgos para la seguridad y la resiliencia digital de la UE si no es capaz de garantizar la solidez de su infraestructura de telecomunicaciones.

Con esta idea en perspectiva, el pasado dia 17 de noviembre el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo alcanzaron un acuerdo para dar luz verde al Programa de Conectividad Segura de la Unión 2023-2027. En un comunicado emitido por la Comisión Europea explican que este proyecto enmarca la creación de una nueva red de comunicaciones satelitales seguras denominada IRIS2 (Infraestructura para la Resiliencia, la Interconectividad y la Seguridad por Satélite).

El proyecto contará con una financiación pública de 2.400 millones de euros, desviados de diferentes programas de la UE y de dinero no gastado en otros proyectos europeos. Además, se espera contar con una fianciación privada que podría alcanzar otros 3.600 millones de euros. Los planes anunciados por las autoridades contemplan el inicio del desarrollo y despliegue de los primeros satélites de órbita baja en febrero de 2023, para probar los primeros servicios en 2024 y ofrecer comunicaciones satelitales cifradas con criptografía cuántica para el año 2028.

Según ciertas fuentes, se espera que la red conste de hasta 170 satélites, y los responsables del proyecto esperan lanzar la mayoría de ellos entre 2025 y 2027. Una característica que diferencia a esta red es que se adoptará un enfoque multi-orbital, que contempla el posicionamiento de satélites en órbita bajas, medias y geosíncronas, con el fin de maximizar las capacidades y la resiliencia de la red, y sentar las bases para su desarrollo en el futuro.

En el comunicado emitido por el Consejo Europeo se hacen eco de las declaraciones de Martin Kupka, ministro de Transportes de Chequia, quien afirma que “una comunicación segura y fiable es una pieza clave de la autonomía estratégica de la UE. El Programa de Conectividad Segura construirá una constelación multiorbital de cientos de satélites, que cubrirá la necesidad que tiene la UE de contar con servicios de comunicación seguros y sustentará nuestra posición como uno de los principales actores en el espacio. Y lo que es más importante, resultará muy beneficioso para los ciudadanos y su vida cotidiana”.

El objetivo fundamental del proyecto a nivel técnico es que la red pueda proporcionar los servicios completos de comunicaciones cifradas con criptografía cuántica para el año 2028. Y, aparte de ofrecer las mayores garantías de seguridad para las comunicaciones satelitales, se espera que esta infraestructura contribuya decisivamente a acelerar el despliegue de banda ancha en toda la geografía europea, especialmente en las regiones de más difícil acceso, donde hay dificultades para implementar redes de fibra óptica por cuestiones de ubicación o rentabilidad.

Además, esta tecnología de comunicaciones ofrecerá garantías de acceso en caso de interrupciones o desastres naturales que puedan dañar las infraestructuras terrestres y de redes celulares. Por otra parte, se espera que esta red pueda ofrecer cobertura a otras regiones como África, un mercado emergente en el que los proveedores de China han puesto sus miras en los últimos. El acuerdo alcanzado la semana pasada todavía está pendiente de la aprobación final por parte del Parlamento y el Consejo Europeo, pero ya se han concretado los detalles y se espera que reciba el visto bueno final para seguir con su hoja de ruta lo antes posible.