Las ciudades españolas no están preparadas para la inteligencia artificial

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Esta es una de las conclusiones más destacadas del último estudio elaborado por Oliver Wyman Forum, que ha realizado una clasificación con las 105 ciudades mejor preparadas para esta tecnología. Las que actualmente están más listas son Singapur, Londres y Nueva York, mientras que Barcelona y Madrid ocupan posiciones más cerca del centro de la lista.

La inteligencia artificial se está convirtiendo en una tecnología fundamental en la era digital, ya que permite llevar a un nuevo nivel la automatización y la personalización de servicios. Y su potencial va mucho más allá del que puede alcanzar en las empresas, ya que está encontrando su lugar en proyectos de digitalización tan ambiciosos como las ciudades inteligentes.

Con esto en mente, el Oliver Wyman Forum ha realizado una investigación para clasificar las ciudades más importantes del mundo en función de lo preparadas que están para la implementación de inteligencia artificial. Y esto se refiere tanto a su capacidad para aprovechar las oportunidades que genera la IA como para afrontar las consecuencias de su uso en un entorno en el que se manejan datos confidenciales. El objetivo de este trabajo es crear soluciones innovadoras para los problemas más difíciles que planteará esta tecnología a la sociedad en el futuro.

Para ello este foro tratará de reunir a líderes empresariales y políticos de todo el mundo, con el fin de fomentar la colaboración entre los sectores públicos y privados, incrementando su aportación a la industria, la sociedad y la economía. Lo primero es seguir tres líneas de investigación, que son el futuro de la movilidad, la ciberseguridad y la preparación de las ciudades para los desafíos que irán surgiendo con la introducción de la inteligencia artificial.

En este sentido, ha elaborado el índice con las ciudades mejor preparadas para abordar esta tecnología, y la mayoría de las ciudades de España no están listas para ello. Sólo Barcelona y Madrid se encuentran en la lista final de 105 ciudades, con puntuaciones de 45 y 44,5 sobre 100, respectivamente. Esta clasificación se ha realizado teniendo en cuenta ciertas características de tamaño y población, y también las respuestas obtenidas en encuestas realizadas a residentes de la población. Y también contempla la opinión de los líderes empresariales gubernamentales y académicos, así como otros datos socioeconómicos de carácter público.

Empleando esta información se establece una clasificación basada en cuatro condiciones principales, que son la calidad de las ideas de la ciudad (visión), la capacidad para ejecutar planes con visión de futuro (Activación), el alcance y la calidad del talento, la educación y la infraestructura (Base de Activos) y la forma en que la interacción entre la Activación y la Base de Activos impacta en su impulso general (Trayectoria).

Empleando este sistema de clasificación, las diez ciudades mejor preparadas para la introducción de la IA son Singapur (78,5 puntos sobre 100), Londres (75,6), Nueva York (72,7), San Francisco (71,9), Parías (71), Estocolmo (70,4), Ámsterdam (68,6), Boston (68,5), Berlín (67,6) y Sidney (67,3). Pero según los investigadores ninguna de ellas está totalmente preparada, ya que ninguna esta en los 20 primeros puestos en las cuatro categorías de evaluación.

En cuanto a Madrid y Barcelona, ambas han obtenido buena puntuación en el vector de Activación, y han quedado en las posiciones 31 y 30, respectivamente. Pero sus puntuaciones individuales se ven limitadas por las tendencias generales en el resto de ciudades del país, ya que en general España se encuentra por detrás de otros países en el conocimiento de las oportunidades y los riesgos que conlleva el cambio tecnológico.

Según dijo Timocin Pervane, codirector de la iniciativa City Readiness del Oliver Wyman Forum, “la mayoría de las ciudades planean utilizar la IA para convertirse en ciudades inteligentes o en el próximo Silicon Valley, pero pocas se centran en las grandes oportunidades y retos estratégicos a nivel social y económico, como la necesidad de reciclar a las personas que pueden verse obligadas a buscar un nuevo trabajo como resultado del amplio despliegue de la IA”.

Comentó que “Por ejemplo, una ciudad puede estar esforzándose para implementar la utilización de coches autónomos, pero al mismo tiempo desatender los trabajos que dichos coches pueden sustituir, como los de los taxistas”. Ante esto, se pregunta si realmente se les están proporcionando a estos conductores los recursos necesarios para tener éxito en la era de la Inteligencia Artificial. Por ejemplo, programas para mejorar sus habilidades. Y señaló que su trabajo “aboga por adoptar una visión de mayor amplitud y considerar las cuestiones estratégicas de la ciudad en su conjunto: abordar los impactos sociales y económicos y tener en cuenta todo el espectro de efectos de la tecnología tanto los positivos como los negativos”.