Las inversiones de las grandes tecnológicas minan sus esfuerzos en sostenibilidad

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A pesar de que las principales multinacionales tecnológicas presumen de estar aplicando medidas para reducir sus emisiones de carbono y ser más sostenibles, llevan a cabo otras actividades que van en contra de esta política. Un informe realizado por grupos ambientalistas revela que muchas de estas compañías realizan inversiones en sectores como el petróleo y el gas, que son responsables de generar grandes cantidades de emisiones de carbono.

El concepto de sostenibilidad se abre paso en muchas industrias y las grandes tecnológicas se encuentran entre las empresas que más están publicitando sus esfuerzos por reducir el impacto ambiental de sus operaciones. Muchas están apostando por tecnologías más eficientes, utilizando energías no contaminantes y aplicando otras medidas para reducir su huella de carbono, apoyando también la reducción de emisiones del resto de su cadena de valor y alcanzar los objetivos de sostenibilidad de sus clientes.

Pero, según los datos del informe The Carbon Bankroll, el impacto climático y el poder sin explotar del efectivo corporativo, publicado por varios grupos ambientalistas enfocados en la industria de combustibles fósiles, estas empresas generan indirectamente muchas más emisiones a consecuencia de sus inversiones. Este documento muestra que grandes empresas como Google, PayPal, Meta y Microsoft, entre otras, invierten grandes cantidades de dinero en industrias altamente contaminantes. Como ejemplo, señalan que Google genera por sí sola más de 10 millones de toneladas de emisiones de carbono al año, pero los bancos invierten unos 136.000 millones de dólares en empresas de combustibles fósiles, lo que genera unas emisiones similares.

Paul Moinester, director ejecutivo de The Outdoor Policy Outfit (TOPO), uno de los creadores de este informe, dice que “las empresas destacadas en este informe son todas líderes ambientales que han estado trabajando durante años para combatir el cambio climático y descarbonizar sus cadenas de suministro. Este informe revela que los logros climáticos sustanciales de estas empresas están siendo gravemente socavados por un sistema financiero desalineado que está canalizando cientos de miles de millones de dólares estadounidenses corporativos hacia los sectores intensivos en carbono que impulsan la crisis climática”.

Los responsables de este informe afirman que el problema está en que las empresas no son capaces de hacerse cargo de sus inversiones y redirigirlas hacia otros sectores no contaminantes. Han basado esta investigación en los datos públicos sobre 10 grandes corporaciones, principalmente en el sector tecnológico, información que demuestra que la mayor parte de la huella de carbono total de estas empresas proviene de sus inversiones. Según estos datos, las tenencias de efectivo son la mayor fuente de emisiones en Google, Meta, Microsoft y Salesforce, que aumentan entre un 91% y un 112% en comparación con las recogidas en sus informes de emisiones más recientes.

El año pasado el efectivo de 130.000 millones de dólares de Microsoft generó más emisiones que todas las provenientes de la fabricación, el transporte y el uso de los productos de la marca. Y en el caso de Amazon, los 81.000 millones de efectivo cifrados en 2020 generó más emisiones que toda la energía utilizada en las infraestructuras de la empresa en todo el mundo, entre ellas los centros de datos, los centros de cumplimiento, las tiendas físicas y otras instalaciones.

Los investigadores destacan que las empresas cuyas actividades incluyen un alto porcentaje de distribución física, como Amazon o Johnson & Johnson, son las más intensivas en carbono en base a sus propias actividades, pero sus emisiones aumentaron entre un 11% y un 15% al incluir las emisiones derivadas de sus inversiones. Ante esta situación los ambientalistas solicitan a las grandes empresas que se conciencien de los efectos colaterales de sus inversiones y traten de alinear la estrategia financiera con los objetivos de descarbonización de su propia empresa.

En opinión de James Vaccaro, director ejecutivo de CSLN, “abordar el cambio climático de manera efectiva en este momento crítico depende de garantizar que el sistema financiero se alinee con el mantenimiento de un planeta habitable para las generaciones venideras. Al ayudar a las empresas a reconocer cómo el sistema financiero convierte el dinero que administran día a día en las actividades que dan forma a nuestras economías en las próximas décadas, con los impactos positivos y negativos asociados, esperamos estimular un nuevo diálogo entre las corporaciones y el sector financiero que podría potenciar la transición neta cero”.

Por su parte, Valerie Rockefeller, copresidenta de BankFWD y presidenta de la junta directiva del Rockefeller Brothers Fund y Rockefeller Philanthropy Advisors, señala que “el poder de este informe es que sus datos nos dicen que la palanca que usamos menos resulta ser la herramienta más poderosa que tenemos: dónde y cómo elegimos realizar operaciones bancarias”. Y señala que la elección de los bancos y las estrategias de inversión tiene un gran impacto potencial en la descarbonización, y ofrece apoyo a las empresas que decidan seguir este camino.